Nota publicada en la revista «Anbiente a Medias» trabajo final anual de los entudiantes de tercer año en la materia periodismo gráfico en el Instituto Superior DeporTEA Mar del Plata.

por Julieta Corvalán – @Julicorvalan00
Ante un Centro de disposición final de residuos colapsado, existe una necesidad urgente de disminuir la cantidad de desechos domiciliarios que terminan siendo depositados en dicho lugar.
El tratamiento de la basura sigue siendo un problema recurrente en el que no muchos centran su atención a pesar de que seguramente se pregunten qué sucede con lo que desechamos a diario.
Según un informe realizado por la organización “Mar del Plata Entre Todos” y en base a datos suministrados por el Ente de Obras y Servicios Urbanos, para 2016 se generaban 13.599 toneladas de residuos domiciliarios por mes, si se suman el resto de los residuos generados en General Pueyrredon, como escombros, tierra, desechos industriales y lo que se recolecta por el barrido manual y mecánico, la cifra se eleva a 37.352 toneladas por mes.
Estos números muestran que cada marplatense produce alrededor de 1,8 kilos de basura por día, muy por encima del promedio nacional que ronda el 0,94 kilogramo. Ahora, ¿qué sucede con la basura que
termina en el predio de disposición final de residuos?
El relleno sanitario funciona las 24 horas del día de lunes a sábado, con un pico de descargas entre las 10 y 14, donde 40 camiones recolec- tores descargan 1200 toneladas por día. Las bolsas con residuos sólidos domiciliarios deben pesar menos de diez kilos, por otro lado, aque- llas que tengan restos de césped no pueden exceder los 20. Para más precisión, antes de acceder al lugar, los camiones recolectores deben pesarse en las básculas.

Con un predio de disposición final de residuos colapsado, se co- menzó a implementar el programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos para promover en la ciudad, la separación domiciliaria de residuos recuperables secos y no recuperables, allí se rescatan 200 toneladas mensuales que siguen siendo insuficientes ante tanta exigencia.
La separación de residuos en Mar del Plata comenzó a implementarse en mayo del 2012 durante la gestión del ex intendente Gustavo Pulti, con días y colores de bolsas diferentes para poder sacar los residuos reciclables y los no reciclables en los cestos de los domicilios.
Según se había dispuesto, los martes y viernes debían hacerse en bolsas verdes, los residuos reciclables, el resto de los días, los no reciclables en bolsas negras los lunes, miércoles, jueves y sábados. A pesar de esto, remarcaban que más allá del color de la bolsa, lo importante era el contenido separado los días que correspondiera, con una aclaración importante, no hace falta lavar los residuos porque estaríamos malgastando otro recurso muy valioso, simplemente deben estar bien escurridos y libres de alimentos para no ensuciar otros elementos.
La utilidad y posibilidad de comercializar los materiales deter- mina si pueden recuperarse o no, por lo tanto, se recupera papel blanco de primera calidad, papel de segunda, cartón, plásticos.
En Mar del Plata, existen múltiples cooperativas y emprendimientos que se dedican a separar y pro- cesar estos residuos. La asociación CURA, creada en 2007, procesa el 15% de los residuos domiciliarios recolectados y logra recuperar unas 200 toneladas por mes.
El proceso de reciclado inicia con la llegada de los camiones recolec- tores que vuelcan los Residuos Sólidos Domiciliarios en el playón de descarga. Mediante una pala mecánica se depositan los residuos en las tolvas de recepción que cargan las cintas elevadoras. Estas transportan el residuo hacia las cintas de apertura de bolsas, donde los operarios rompen las bolsas para facilitar la extracción de materiales en las cintas de separación.
Cada operario extrae manualmente los materiales asignados y los deposita en las troneras, donde los materiales caen dentro de bolsones o contenedores según corresponda, ubicados en la planta baja. Los ma- teriales no recuperados siguen su camino hacia la cinta de rechazo, la cual transporta el residuo hacia los camiones de basura. Los plásticos son prensados, obteniendo así bloques de material comprimido de un metro y medio que terminan siendo atados con cinta para conservar su forma. Finalmente, se almacenan hasta su venta.
Josefina Diez creó el emprendimiento Marsinplast, dedicado a fabricar objetos a base de plástico 100% reciclado que la comunidad dona voluntariamente. El objetivo es transmitir hábitos de consumo sustentables y concientizar desde el reciclaje. Según manifestó, Marsinplast busca realizar “un reciclado participativo dónde la ciudadanía sea parte de manera activa y así inculcar y poner en marcha algo que es fundamental como es la educación ambiental”.
El emprendimiento crea cajones, comederos para mascotas, ma cetas, paneras o artículos de decoración con plásticos 100% reciclados, para ello, utilizan una máquina que tritu- ra los envases, un molino triturador y para moldear el plástico distintas matrices de acero inoxidable y un horno con un controlador de temperatura para fundir el plástico. Una vez que el molde sale del horno, se utiliza una prensa manual para poder comprimir los moldes y darle forma a cada artículo.
Josefina explicó que “el plástico es algo fundamental en nuestra vida, llegó para facilitar muchas cosas de nuestra vida diaria y así también ha generado muchas contraindicaciones para el ambiente. El problema es que al no ser bien utilizado perjudica tanto a la flora, la fauna como a la sociedad”.
En síntesis, actualmente hay cada vez más personas que deciden crear organismos o cooperativas para tratar esta problemática, atender las urgencias de esta situación y lograr concientizar a la población sobre la importancia del reciclado.